El hormigón es un componente fundamental en el mundo moderno, pero su producción plantea desafíos, especialmente debido a las considerables emisiones de CO2 asociadas. En la Universidad de Drexel, en Estados Unidos, un equipo de científicos ha abordado un problema crucial relacionado con este material: su mantenimiento. Han desarrollado un aditivo que podría revolucionar la construcción, permitiendo la creación de un hormigón «autorreparable», similar a la capacidad de la piel para curar heridas por sí misma.
Este avance promete cambiar la forma en que mantenemos nuestras viviendas y estructuras para siempre. El aditivo, llamado BioFiber, consiste en una fibra central envuelta en hidrogel que contiene «esporas bacterianas latentes», recubiertas por una capa polimérica exterior. Cuando una grieta se forma en el hormigón y rompe la BioFiber, el agua activa el hidrogel, estimulando a las bacterias a producir carbonato de calcio, sellando la grieta y reparando el daño de forma autónoma.
Inspirado en la naturaleza, este proceso tiene tres componentes clave: un núcleo resistente, una capa de hidrogel con esporas y un revestimiento polimérico sensible al daño. Los investigadores afirman que BioFiber dota al hormigón de tres habilidades esenciales: autocuración, control del crecimiento de grietas y respuesta al daño.
El objetivo final de BioFiber es proporcionar al hormigón la capacidad de regenerarse por sí mismo, lo que mejora su sostenibilidad y eficiencia. Al permitir que las estructuras se reparen automáticamente, este aditivo prolonga su vida útil y reduce la necesidad de costosas reparaciones periódicas, lo que a su vez disminuye los costos y la huella ambiental asociada con la producción y mantenimiento del hormigón.
El éxito de BioFiber radica en la convergencia de la ciencia de materiales, la microbiología y los procesos de fabricación. Mohammad Houshmand, líder del equipo, destaca la importancia de este enfoque multidisciplinario para garantizar el éxito de la tecnología.
No obstante, el equipo de Houshmand no está solo en esta carrera hacia el hormigón autorreparable. La agencia de investigación DARPA del Departamento de Defensa de EE. UU. tiene un programa llamado BRACE que también busca desarrollar un hormigón que se repare solo. Inspirándose en sistemas vasculares humanos y redes de hongos, este proyecto busca proporcionar una red de transporte para la regeneración profunda del material.
Estos esfuerzos por crear un hormigón autoregenerativo podrían revolucionar la construcción, allanando el camino hacia un futuro más sostenible y eficiente en este campo. La combinación de innovaciones como BioFiber y otros enfoques similares promete transformar la forma en que construimos y mantenemos nuestras estructuras, abriendo nuevas posibilidades para un mundo construido más resistente y duradero.